Compartir el Propósito de la Terapia dentro de la Familia


Los miembros de la familia se ofrecen un acuerdo de compromiso

El ofrecimiento puede ser una iniciativa de la familia o respuesta a la solicitud del terapeuta para comprometerse. A veces la oferta de un cliente a otro es clara, como en “¿bueno, si yo hago esto, haces tu lo otro?”, o “estoy dispuesto a…si tu…. “. En ocasiones un cliente puede comprometerse con una parte o aspecto parcial del acuerdo ofrecido (“bueno, puedo hacer esto…” o “yo si seria capaz de hacer esta parte…”. Generalmente el compromiso es sobre comportamientos, pero puede ser también algo cognitivo, por ejemplo “intentaré dejar de buscar lo negativo a todo, si tu lo haces también”. El terapeuta puede haber preguntado a cada miembro de la familia que piense en hacer algo positivo en relación a otros miembros de la familia, y si al cliente se le ocurre algo (como proponer “Yo ayudaré a mamá a poner la mesa”) podría considerarse un compromiso. Es importante no obstante que este tipo de declaraciones implique una situación de quid pro quo . Es decir, si el cliente simplemente se ofrece a hacer algo distinto sin que haya expectativas, implícitas o explícitas, de que otro miembro de la familia hará también algo en respuesta –reciprocidad-, el indicador adecuado a marcar no es este sino el que dice “el cliente describe un plan para mejorar la situación” (Enganche).

Los miembros de la familia comparten una broma o un momento gracioso.

Este indicador se marcará solo si el humor es evocado durante la sesión, no antes de empezar o cuando la gente se está marchando. Un momento de humor puede o no incluir al terapeuta, pero para que este indicador sea señalado, se necesita que haya alguna conexión entre los miembros de la familia. Por ejemplo, bromear uno con otro, o mirarse uno a otro cuando se están riendo juntos. No se marcará este indicador cuando una broma repercute negativamente en otro miembro de la familia, o cuando varios miembros de la familia se ríen de otro en tono de burla (para esos casos ver el indicador “el cliente hace comentarios hostiles o sarcásticos a otros miembros de la familia”).

Los miembros de la familia se preguntan entre ellos sobre sus puntos de vista.

Este indicador es generalmente el precedente a una propuesta de compromiso. Para que este indicador sea marcado los miembros de la familia deben hablar de forma explícita unos con otros, y uno de ellos ha de preguntar a otro qué piensa, siente, cree, o quiere hacer. Ejemplos: “¿Cómo lo ves tu ?”, o “¿qué crees que es lo que esta causando el problema?”, o “¿qué propones para resolverlo?”. Sin embargo ese indicador no será marcado ante meras preguntas para acordar sobre informaciones mundanas o superficiales del tipo “¿fue el miércoles o el jueves que tu…?”, o “¿quién dijo eso, mama?”. Tampoco este indicador deberá ser marcado ante preguntas con tono sarcástico. Y tampoco se marcará este indicador cuando las preguntas responden a una petición directa y estructurada del terapeuta, por ejemplo si ha preguntado “¿por qué no les preguntas ahora aquí a mamá y a papá que les parece tu plan?”, ante esta situación considere el indicador que dice “el cliente cumple las peticiones del terapeuta para discutir entre ellos o representar…”.

Los miembros de la familia validan mutuamente sus puntos de vista

Aunque la validación se tiende a ver como algo positivo, por ejemplo “ya se lo que quieres decir”, o “eso es perfectamente compresible”, no es necesario que el contenido sea positivo para señalar este indicador. Una pareja podría estar de acuerdo durante la sesión, por ejemplo, en que su matrimonio se acabó y que necesitan separarse (validando ambos el punto de vista del otro sobre la imposibilidad de seguir juntos). La validación puede estar mezclada con otros mensajes, tal como “aunque yo como madre que soy, me siento dolida con esta decisión, reconozco que tienes derecho a hacer lo que tu quieres”. Este indicador requiere cierta verbalización, no es suficiente basarse en simples movimientos de cabeza asintiendo o en expresiones de asentimiento del tipo “mm-mm”.

Los miembros de la familia reflectan-reproducen posturas corporales

Generalmente esto se hace de forma inconsciente y no deliberadamente. Para que este indicador sea señalado, al menos dos miembros de la familia han de estar en posturas similares con respecto a los brazos y a las piernas. Es importante tener en cuenta momentos específicos en los que alguien cambia de postura en respuesta a algo que se esta hablando y otro miembro de la familia imita ese cambio.

Los miembros de la familia evitan el contacto ocular entre ellos

El contacto ocular es una experiencia personal y cultural. En general las personas mantienen buen contacto ocular con todo el mundo, así que al hacer eso no significa necesariamente que haya conexión. Sin embargo, evitar el contacto ocular con otros miembros de la familia durante la sesión, como por ejemplo cuando cada uno al hablar mira al terapeuta y nunca se miran entre ellos, es algo que resalta. Así, para que este indicador sea marcado, la evitación de ese contacto ocular ha de ser notable, consistente o prolongada. La evitación del contacto ocular entre los miembros de la familia es particularmente notable cuando uno de los miembros está hablando y los demás no le miran.

Los miembros de la familia se culpan unos a otros

Para determinar si la culpabilización está presente o no, se necesita distinguir entre expresar culpabilización versus expresar simple responsabilización a otro por una acción o problema. La culpabilización va generalmente expresada en el tono de voz e implica un error o falta en el otro. La culpabilización suele ser indicada cuando el cliente describe una situación específica o un problema como algo claramente evitable, causado intencionadamente, o debido a una actitud negativa por parte de otro(s) miembro(s) de la familia. Términos concretos como “culpa”, “si solamente no hubieras…”, “fallaste” no siempre están presentes explícitamente. La culpabilización puede también expresarse de una forma extremadamente negativa, acusatoria o peyorativa. Para que este indicador sea diferenciado de los indicadores “devalúan la opinión o perspectiva de de los otros” y “hacer comentarios hostiles o sarcásticos”, un cliente ha de culpabilizar a otro de algo (generalmente del problema que se esta tratando), o de haber hecho o no haber hecho algo, de haber tomado una decisión errónea, etc. Ejemplos de este tipo: “¡tu problema con la bebida es la causa de nuestros problemas!", o “¡mi hijo perdió su trabajo porque cree que puede llegar tarde y a su jefe le va a dar igual!”, o “¡tu te escabulliste tanto como yo cuando llego el momento de ser padres!”

Los miembros de la familia devalúan la opinión o perspectiva de otros

Este indicador se marca si verbalmente un cliente dice algo para contradecir el punto de vista de otro de una forma que muestra falta de respeto. Este indicador puede ser señalado si la declaración se hace con enfado, pero no si se hace con sarcasmo o con desprecio, véase para esos casos el indicador “hace comentarios hostiles o sarcásticos”. Ejemplos: “¡Tu no tienes el derecho a preguntarme esto!”, o “¡ese será tu punto de vista, pero eso es simplemente porque no te importa un comino!”, o “¿quién te da a ti derecho a hablarme así?”. El aspecto central de este indicador es que los clientes no se escuchan unos a otros de una forma aceptable, no reconocen que el otro sea una fuente válida. La característica principal es la falta de respeto del punto de vista más que la propia hostilidad. Nótese que si se está culpando (por ejemplo, atribuir la culpa por haber hecho o dicho algo) se ha de considerar preferentemente el indicador “los miembros de la familia se culpan unos a otros”. También hay que tener en cuenta que devaluar la perspectiva del otros es distinto que estar simplemente en desacuerdo (por ejemplo, las expresiones del tipo “vale, ese es tu punto de vista, pero yo creo que estas equivocado, yo hago otro análisis” indican desacuerdo pero no devalúan el punto de vista del otro.

Unos miembros de la familia tratan de alinearse con el terapeuta en contra de otros

Expresiones verbales de este indicador incluyen que un cliente pida interesadamente al terapeuta en medio de la discusión con otro miembro de la familia que decida quién tiene razón, o directamente pida al terapeuta que se posicione a favor de una parte, o que intervenga de una forma determinada con alguien, o bromear con el terapeuta a costa de otro miembro (con connotación de burla). Hay que poner atención sobre el hecho de que la expresión “en contra” no siempre implica necesariamente un desacuerdo. Puede ser que simplemente un miembro de la familia agudice un enfrentamiento al incluir al terapeuta en su bando. Ejemplos de este tipo de coaliciones más sutiles son: decirle al terapeuta por ejemplo “¿puedes repetirle otra vez lo que le dijiste la semana pasada?”, o “mi padre necesita que se le diga que tiene que ir al medico a revisarse el corazón”. Otro ejemplo típico: un adolescente le dice a otro en presencia de su madre “¡tu a quien tienes que hacer caso es al terapeuta, no a mamá!”.

El cliente hace comentarios hostiles o sarcásticos a otros miembros de la familia

Para que este indicador sea marcado es necesario que se de una interacción cargada de desprecio u hostilidad, no una mera discusión. Insultar, caricaturizar con sarcasmo, o amenazar son algunos ejemplos. La interacción debe implicar no solamente falta de consideración al punto de vista del otro —ver para ese caso el indicador “devalúan la opinión o perspectiva de otros”-, sino rabia, condescendencia, desprecio, o disgusto. No obstante, si se está expresando culpabilización (por ejemplo, haber fallado por haber hecho o dicho algo) ha de considerarse prioritariamente el indicador “los miembros de la familia se culpan unos a otros”. Bromear con unos de los miembros de la familia a expensas de otro miembro (es decir, “reírse” negativamente de otro) puede ser también un ejemplo de este indicador broma conlleva hostilidad o sarcasmo.

Los miembros de la familia no están de acuerdo entre sí sobre el valor, el propósito, las metas, o las áreas de la terapia, o sobre quién debe ser incluido en las sesiones.

La discusión o el desacuerdo han de ser claros, no cuentan situaciones implícitas o simplemente muestras no verbales. Es más, este indicador solamente será señalado si el desacuerdo o la discusión es entre los clientes, no entre uno de los miembros de la familia y el terapeuta (para este caso, véase el indicador “se siente atascado, cuestiona el valor de la terapia o afirma que no ha sido o no es útil” de la dimensión Enganche). Este indicador debe ser marcado prioritariamente respecto al indicador “miembros de la familia tratan de alinearse con el terapeuta en contra de otros” cuando el centro del desacuerdo o la discusión es acerca de las metas, las áreas, o el valor de la terapia, como por ejemplo en esta expresión: “¡Oíste lo que dijo el terapeuta! ¡Por supuesto que necesitamos venir aquí!”. Otros ejemplos muy comunes: “si tu no te tomas esto en serio, venir aquí no tiene sentido”, o “¿Por qué viene él? ¡El NUNCA pone nada de su parte!”.