Seguridad en el Sistema Terapeutico
El cliente indica que la terapia es un lugar seguro, un lugar en el que confía
Sin que sea necesario utilizar explícitamente la palabra “seguro”, el cliente puede decir cosas en las que esté implícito que se siente seguro. Este indicador requiere algún tipo de expresión verbal; los indicios no verbales no son suficientes para marcar este indicador. Ejemplos en los que se muestra de forma implícita que la terapia es un lugar seguro: cuando alguien dice haber decidido esperar hasta la sesión de terapia para hablar de algo con un miembro de la familia (dejando claro que considera que la sesión es un lugar seguro para afrontar esa discusión); o cuando el cliente dice algo como “bueno, aquí se puede llorar”, o “no sabia si tendría el valor de decírtelo, pero…”, o “me alegro de que al final lo hablemos aquí”. Lo importante es que el cliente sugiera que el contexto terapéutico es valorado por su seguridad, al margen de que además sea un espacio para resolver problemas. A veces el indicador puede aparecer en forma muy sutil, como por ejemplo: “no se muy bien como decirte esto, no me resulta fácil pero me lanzaré…” o “espero que no te moleste (a otro miembro de la familia) que diga esto, pero…”
El cliente varía su tono emocional durante la sesión (por ejemplo, se ríe o llora)
Este indicador se refiere a una variación de tono que sea ostensible. Naturalmente todos los clientes cambian el tono a lo largo de una sesión, pero este indicador se refiere a una variabilidad que incluye emociones como enfado, tristeza, miedo, alegría… emociones que se expresan mediante lágrimas, risa, palabras de enfado o tono de voz evidente. No se marcará este indicador si el cliente es neutral o está tranquilo durante toda la sesión o si el cliente llora o se muestra hostil y enfadado durante prácticamente toda la sesión. Tampoco se señalará este indicador si el tono es simplemente de inquietud o agitación. En otras palabras, emoción se refiere a sentimientos de tristeza, enfado, felicidad, o miedo. Nótese que este indicador solamente podrá ser señalado una vez , y no cada vez que el tono varía, ya que el indicador se focaliza en la detección de ductilidad o plasticidad de las emociones expresadas durante la sesión.
El cliente “abre” su intimidad (por ejemplo, comenta sentimientos dolorosos, comparte intimidades, llora, etc.)
Para marcar este indicador, o bien el proceso de la sesión está siendo difícil para el cliente (esto se muestra por ejemplo cuando llora), o el contenido de lo que el cliente está discutiendo le resulta difícil y doloroso (esto se muestra cuando hay balbuceos de inhibición o ansiedad, u otras expresiones verbales directas sobre qué difícil está resultando hablar de algo). A veces el mero contenido del mensaje del cliente sugiere una muestra de vulnerabilidad (en el sentido de abrir su intimidad sin defensas), como por ejemplo cuando un miembro de la familia pregunta a otro si le quiere, o cundo le pide abiertamente ayuda o perdón (en esos casos ese cliente se pone claramente en una posición “one-down” -solícita o inferior- en su interacción con otro miembro de la familia o con el terapeuta). La detección de este indicador conlleva cierta inferencia clínica o comunicativa. Se está valorando aquí si la comunicación parece resultar difícil para el cliente . Para algunos clientes, el hecho de admitir que tienen depresión o ansiedad es un signo de vulnerabilidad (expresada en su tono de voz o en otras manifestaciones no verbales de incomodidad), mientras que para otros clientes admitir algo así no es en absoluto señal de vulnerabilidad.
El cliente adopta una postura corporal abierta (relajada; se ha de observar fundamentalmente la parte superior del cuerpo: tronco y brazos)
Aunque algunas personas se sientan de forma natural en una postura abierta, este indicador sólo se señalará cuando el cliente cambia a una postura corporal más abierta en respuesta a lo que esta teniendo lugar en la sesión . Este indicador también se señalará también (una sola vez en este caso) si el cliente de forma natural adopta esta postura corporal durante toda la sesión. Si el cliente cambia consecutivamente entre una postura abierta y una postura cerrada en respuesta a las interacciones que acontecen en la sesión, se marcará este indicador cada vez que adopte claramente una postura abierta.
El cliente revela un secreto o algo que otros miembros de la familia no sabían
Para marcar este indicador ha de ser claro que el cliente esta diciendo algo que es totalmente nuevo para otros miembros de la familia. (El “algo” ha de ser necesariamente significativo, no cuenta algo cotidiano como desvelar lo que el cliente cenó en una fiesta). La información puede ser un SECRETO que ha sido guardado deliberadamente (por ejemplo, el alcoholismo del padre, una infidelidad de la madre, un suspenso de un hijo). Pero también puede no ser exactamente un secreto propiamente dicho, sino más bien una información relevante que no era de conocimiento común en la familia, como por ejemplo que la hija ha alcanzado la pubertad o un enfrentamiento concreto que ha sucedido entre un hijo y su padre. Para que este indicador pueda ser marcado, el material de la revelación debe ser suficientemente significativo como para indicar que el que habla se siente lo bastante seguro en la sesión para decirles a los otros algo que guardaba o mantenía en privado anteriormente, por ejemplo, algo que no era seguro revelar en el domicilio.
El cliente anima a otro miembro familiar a abrirse o decir la verdad
Normalmente este indicador es señalado cuando uno de los padres de forma amable, no agresiva, estimula a un niño a que hable; pero también puede ser una interacción entre adultos, del tipo “Esta bien. Puedes decírselo al terapeuta”, o “Bueno, este es el lugar de hablarlo sin tapujos”, o “No vamos a conseguir nada si no me dices como te sientes realmente”, etc. Para que este indicador sea marcado, el tono de voz ha de expresar que se anima al otro y no que se exige u obligue a sincerarse. Es decir, la expresión sugiere claramente que es seguro hablar de esas cosas en terapia.
El cliente pregunta directamente a otro miembro de la familia que opinen de él/ella como persona o de sus conductas.
Se corre cierto riesgo al pedir a otras personas su impresión sincera acerca de uno mismo. Este indicador será marcado únicamente cuando el cliente explícitamente busca una reacción acerca de su comportamiento, como cuando dice “¿tu crees que ahora me porto mejor?”, o acerca de cómo los demás lo perciben: “¿Crees que estoy gordo?, ¿Crees que soy atractiva?, ¿Crees que soy un buen padre?, ¿Crees que soy suficientemente agradable con mi madre?”. También se pueden incluir en este indicador las preguntas acerca de cómo otros interpretan el comportamiento del que habla, por ejemplo, “¿Por qué crees que lo hice?”.
El cliente expresa ansiedad de forma no verbal (por ej., da golpecitos, se agita, se mueve).
Este indicador negativo implica falta de seguridad en el ambiente de la terapia. Aunque alguna gente es por naturaleza más ansiosa que otra, este indicador sólo se marcará cuando existe un signo claro y observable de ansiedad, tal como movimientos de agitación, voz temblorosa, manosear o estrujar algo, etc. Si la ansiedad continúa en el mismo nivel durante toda la sesión solamente se señalará una vez, a menos que la ansiedad sea tan elevada o disruptiva que justifique que se hagan marcas adicionales. Si la ansiedad aparece en respuesta a algo que se dice o que tiene lugar en la sesión, el indicador deberá marcarse cada vez que de forma abierta se manifieste esa ansiedad. Nótese que este indicador se refiere solamente a ansiedad comunicada de forma no verbal . Si el cliente habla acerca de lo ansioso que se siente en la sesión, el evaluador debe considerar prioritariamente si es aplicable indicador “abre su intimidad”, en el sentido de que el cliente está revelando su vulnerabilidad.
El cliente se protege de forma no verbal (por ejemplo, cruza los brazos sobre el pecho, no se quita el abrigo o deja el bolso, se sienta lejos del grupo…).
Los comportamientos de auto-protección pueden tener muchos significados y este indicador solamente se marcará cuando el contexto de la sesión sugiere que el cliente está a la defensiva. Por ejemplo, mucha gente cruza los brazos sobre el pecho por comodidad. Pero el indicador ha de ser señalado cuando el cruzase de brazos se hace claramente en relación a lo que se esta hablando en la sesión. Por ejemplo, el padre se cruza de brazos cuando el terapeuta le pregunta a la hija: “¿Como describirías la relación con tu padre?”. Otro ejemplo sería la mujer que se cruza de brazos cuando el marido empieza a hablar acerca de su falta de interés en el sexo. A veces el cliente puede cruzarse de brazos a su llegada a la sala de terapia, esto puede indicar una postura de defensa (si se descarta un movimiento casual o para descansar la fatiga). Si el cruzar los brazos no se relaciona claramente con lo que está pasando en terapia, no ha de marcarse este indicador. Si cruzar los brazos y/o otras muestras de defensividad no verbales claras ocurren durante la sesión (por ejemplo, mirar hacia abajo cubriendo la cabeza con las manos, piernas cruzada en el aire como creando una barrera, mirar a cualquier lado pero no a los miembros de la familia, el abrigo o el paraguas sobre las piernas, sentarse en una silla alejada que no está en el conjunto de sillas para la familia), se marcará este indicador. La inferencia clínica del observador juega un papel en este indicador: si el comportamiento parece defensivo o de auto-protección en el contexto de la sesión (tener el abrigo puesto, el bolso colgado, el paraguas en la mano, o alejar la silla del resto) hay que marcar este indicador.
El cliente rechaza o es reticente a responder cuando otro miembro de la familia le habla
Este indicador se señalará cuando, de forma verbal o no verbal, el cliente no responde a un mensaje directo (pregunta o comentario) de otro cliente. Un ejemplo es el silencio prolongado en respuesta a una pregunta, si el silencio indica una reacción negativa al requerimiento de otro miembro de la familia. Sin embargo, el silencio que tiene lugar porque el cliente está concentrado pensando qué decir no ha de ser señalado. Si es verbal, la respuesta ha de indicar claramente rechazo o reticencia a comprometerse en lo que se le está mencionando o pidiendo. Expresiones verbales de reticencia son por ejemplo: “preferiría no hablar de eso”, “eso no es asunto tuyo”, “eso es personal”. Si el cliente responde en un principio con claro rechazo pero más tarde se ablanda y responde con reticencia, este indicador ha de ser igualmente señalado (siempre que la negativa o reticencia sea notable. Se puede mostrar rechazo o reticencia cuando el cliente evita responder a una pregunta desviando el turno a una tercera persona, como en este ejemplo: Marido(a la mujer):”Dime por que no quieres salir con mi hermana”; Mujer (al terapeuta):”Tendría que CONOCER a su hermana! ¡Me resulta insoportable!
El cliente responde defensivamente a otro miembro de la familia
La defensividad se evidencia cuando el cliente (sin llegar a una hostilidad abierta) responde a las críticas o peticiones de explicación o justificación de otro cliente con otras críticas o quejas. Con frecuencia, la respuesta defensiva es parte de un patrón de comunicación denominado “contra-queja ”: un miembro de la familia se queja del comportamiento de otro y este a su vez responde con quejas del primero (en lugar de explicar o responder a sus quejas). Si la conducta defensiva se dirige al terapeuta no se debe marcar este indicador. Por otro lado, si el tono del cliente en sus respuesta es hostil o de ira, debe primero analizarse el indicador que dice “los miembros de la familia se culpan nos a otros”. Y si el comentario no es hostil sino que esencialmente devalúa o descalifica el punto de vista del otro, el indicador apropiado será el que dice “los miembros de la familia devalúan la opinión o perspectiva”. En definitiva, la defensividad se indica cuando el cliente al que se la ha pedido explicación o justificación por alguna actitud, conducta, o decisión, responde a su vez quejándose o demandando algo en lugar de abordar lo que le dicen. Ejemplos (sin tono de hostilidad o agresividad abierta): “Me preguntas por qué me porto así con tu hijo, pero no dices nada de cómo te portas tu con tu hermana”, “Dices que no entiendes la razón de mi hostilidad pero TU estuviste agresiva la semana pasada, me gritaste dos veces”.
El cliente menciona de forma ansiosa/incómoda la cámara, los observadores, la supervisión, o los procedimientos de investigación.
Este indicador es señalado en el caso de que el cliente, de forma espontánea, mencione con muestras claras de ansiedad o incomodidad procedimientos del contexto terapéutico institucional. Ejemplos: “¿Le dices a tu supervisor todo lo que hablamos aquí?”, o “¿Cómo voy yo a saber que no vas a enviar la cinta al Centro de protección de Menor?”, o “¿Hay alguien nuevo en el equipo que yo no conozca?”, o “A veces me gustaría apagar esa cámara”. Un ejemplo de indicador no verbal se produce cuando un cliente mira a la cámara cautelosamente y después deliberadamente se inclina hacia adelante y habla en voz baja.